Nace un blog
En ocasiones la identidad ata y constriñe. En ocasiones requerimos una máscara como la de los viejos superheroes para ser los justicieros que el mundo reclama.
Recuerdo aquella clase de teatro en la que me tocó esconder el rostro en un mascarón verde que me desató. Soy amigo de esas transformaciones que tornan al hombre corriente en un arquetipo anónimo, al margen de la luz y de las críticas que vienen a la mala.
Este será un espacio de reflexión diaria sobre la vida y el mundo, sobre la política menuda y sobre todo aquello que merece resaltarse.
En cada post hay una perspectiva, una opinión, una expresión franca de lo que se cree sin tapujos ni resquemores.
Ojalá les guste.